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Muchas cosas podríamos decir de la actriz, productora y ahora, directora Drew Barrymore, pero sobre todo que es una mujer que se ha ido superando poco a poco y reinventándose a si misma.
Desde que era pequeñita y la vimos en aquella entrañable película E.T hasta sus escarceos como directora en comedias románticas donde saca lo mejor de las mujeres y las batallas de las relaciones.
Mentiríamos si dijéramos que no era guapa, porque ya lo era, pero su vida al límite y sus salidas de tono en público hicieron que su imagen pública se debilitara.
Sus apariciones en eventos y demás fiestas la posicionaron como la más alocada y "hot". No había fiesta que se le resistiera. En las revistas figuraba como la chica provocativa y lanzada que interpretó en Mad Love junto a Chris O'donell.
Después de interpretar una adaptación de la cenicienta en "Por siempre jamás" empezó a ser la nueva Drew. Endulzó sus estilismos con siluetas sencillas y poco maquillaje, pero aún no tenía seña de identidad. No tenía fuerza.
Los looks que elegía no eran adecuados, incluso siguiendo los últimos hits de la temporada. Lo que prueba que la moda debe adaptarse a la personalidad de cada mujer y no al revés.
Hubo numerosos intentos, algunos incluso sonados que marcaron tendencia, como este peinado bicolor a lo Christina Aguilera en sus inicios.
Creo que el punto de inflexión de su carrera y de su estilo fue cuando la propusieron ser la protagonista de la campaña de Gucci Joyas.
Sus rasgos tuvieron que dulcificarse y comenzó a darse cuenta de que la naturalidad con un punto chic o sofisticado era su mejor baza.
La aplastante seguridad en si misma que tiene ahora se refleja en cada uno de sus estilismos. Ha sabido adecuar cada look a su tipo de cuerpo.
No necesita enseñarlo todo para ser sexy.
Además sabe añadir un punto sofisticado eligiendo un complemento protagonista.
Por ejemplo, este collar que cubre todo el escote, simple pero con un resultado espectacular. Sólo necesita unos pequeños pendientes, un anillo grande o un brazalete.
El siguiente look a lo Brigitte Bardot lo pudimos ver en su día en millones de blogs y en todas y cada una de las revistas de moda.
Sorprendió con este vestido-joya de cuello halter en collar babero de inspiración étnica, sus pendientes de botón y su pelo cardado. Puro estilo 60's.-
Se quitó las prótesis mamarias borrando todo exceso de su cuerpo. De hecho, se permite jugar con diferentes épocas para sus atuendos públicos. Como este de los años 20, donde además combina la tendencia nude en un increíble vestido de escote en pico.
La naturalidad 100 % se ha convertido en su mejor arma de seducción y la verdadera
forma de explotar su personalidad.
Además aprovecha los complementos para varios looks.
Por ejemplo, en éstos tres lleva sus zapatos de ante YSL grises en tres estilismos totalmente diferentes. Y utiliza el cinturón metalizado tanto en un vestido cocktail como en uno de noche. Un punto muy chic y urbano que aporta frescura.
En este también repite zapatos y camisa verde militar.
En mi opinión en el look de la derecha le sobra la camisa porque le da un toque choni nada favorecedor. Con una chaqueta de punto o una blazer mejor, no creéis?
Aquí con un vestido de mangas farol XXL y unos fantásticos zapatos bicolor. Está impresionante aunque estos looks siempre añaden años, pero está genial.
El 2009 y 2010 fueron sus mejores años. Y acertaba cogiendo las tendencias directamente de la pasarela y adaptándolas a ella, como con este vestido de Gucci.
Incluso es imagen de una marca de cosmética muy conocida en EEUU.
Su última aparición en el desfile de la marca Rag & Bone hace ver que ahora sabe como sacar el mayor partido de las últimas tendencias. Desde los baggy pants hasta el frac de estilo marinero-militar? con sus inseparables pumps de YSL.
¿Qué os parece Drew Barrymore? ¿Creéis que puede ser una futura trendsetter?
Hasta pronto,
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